En los cuentos de hadas, el personaje de la madrastra es, definitivamente, de los más terroríficos: una oscura, envidiosa y completamente espeluznante mujer cuya única misión en la vida pareciera ser hacerle la vida imposible a nuestros queridos protagonistas. Y, para lograrlo, no necesita poderes mágicos, brujería ni ningún tipo de habilidad especial, ¡con su malicia basta y sobra!
Estas historias, que hemos escuchado desde pequeñas, nos han quedado tan grabadas en la memoria que hasta el simple hecho de oír la palabra “madrastra” nos genera escalofríos. Sin embargo, durante nuestra vida adulta hemos podido comprobar la falsedad de este estereotipo, al menos en algunos casos.
Si conoces a alguna madrastra o tú misma ocupas ese lugar, sabes bien que su papel en la formación y la educación de los niños es crucial, y que sus actitudes y decisiones poco tienen que ver con el egoísmo, los celos y la maldad.
Pero también es lógico que a un niño, luego de la separación de sus padres, le resulte difícil aceptar a una nueva mujer en su vida, decidida a participar activamente en su crianza. Si la sugerencia de que realice la tarea de la escuela u ordene su habitación viene de su madrastra, hay altas chances de que el pequeño responda como si lo estuviesen obligando a limpiar hasta el último recoveco de un inmenso castillo, o encerrando bajo llave en una de sus torres más altas.
Como podemos ver, apartarse del estereotipo es complejo, pero no es imposible. Sólo hace falta tiempo y paciencia para demostrar que podemos ser excelentes madrastras si nos dan la oportunidad. Y, si esa oportunidad no llega antes de medianoche, ¡irán directo al calabozo!
Y tú, ¿qué clase de madrastras has conocido? Si quieres vivir una historia que te recordará a aquellos aterradores personajes de los cuentos, no dejes de ver Presunta muerte en el paraíso, MIÉRCOLES MEX 10PM / COL 9PM / VEN 10:00PM / ARG 23HS.
